April 20, 2024
Cocina Solidaria: la acción que ha salvado de la hambruna a millones de personas en el mundo
Gastronomía

Cocina Solidaria: la acción que ha salvado de la hambruna a millones de personas en el mundo

May 27, 2023

Desde que el homo sapiens adoptó la costumbre de compartir los alimentos en familia, en su clan o tribu, comenzó una dinámica que, aunque en sus inicios era brutalmente irracional, con el paso de los siglos, ha logrado permanecer desde que civilizaciones antiguas como los griegos, romanos, egipcios y fenicios expandieron de forma masiva la comida y ciertos alimentos como el pan.  

Las guerras entre los imperios prevalecientes a inicios del siglo IV antes de Cristo trajeron consigo un mercado de oportunidad para vendedores ambulantes de comida callejera quienes ofrecían pan rústico de cereal, trozos de carne asada, algunas frutas; vino y cerveza fermentada; a esto se sumaba la acción de samaritanos que alimentaban a heridos en campos de combate y área de recuperación.  

Con la aparición del cristianismo, desde las iglesias y los templos se ofrecían alimentos y techo a desprotegidos, peregrinos, huérfanos y envejecientes. Esta solidaridad se extendió hasta la clase media de esa época, quienes en su mesa compartían algo más que hidromiel y puls (tipo de sopa elaborada con harina de farro, a la que le agregaban vegetales y huevos) alimentos que, durante décadas sirvieron de sustento a miles de familias.  

Los monjes también hicieron sus aportes, alimentando desde sus santuarios a madres solteras con hijos recién nacidos o enfermos, compartiendo con estos, desde un trozo de pan hasta un vaso de cerveza. Anterior a esto, el descubrimiento de la agricultura dio inicio al florecimiento del cultivo masivo de alimentos, práctica que se mantiene hasta el día de hoy.  

En pleno siglo XXI: exceso de comida vs hambruna  

En la actualidad, la industria de alimentos y bebidas produce miles de toneladas de comida todos los días. Sin importar la cadena de ayuda humanitaria de empresas y entidades gubernamentales, según un estudio reciente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el planeta tiene una cifra de casi 900 millones de personas que pasan hambre en diferentes continentes del mundo, siendo África, el más afectado; y luego América Latina.

La sensibilidad humana, un factor importante en esta problemática  

Durante la pandemia de la Covid-19 que golpeó a la especie humana y a la economía global, tanto los profesionales como diversos establecimientos de la hostelería en muchos países, comenzaron a preparar comida todos los días para personas en riesgo: indigentes, personal médico, militares, bomberos, voluntarios, albergues de envejecientes, hospitales y a miles de familia que quedaron sin empleo.  

Un caso muy conocido es el del chef español José Andrés Puerta, quien durante meses cocinó raciones de comida que eran distribuidas de forma gratuita en más de 150 puntos en los Estados Unidos.  

En Europa, los emblemáticos chefs Ferrán Adrià; los hermanos Roca, Andoni Luis Aduriz, Heinz Reitbauer, y muchos otros, echaron a un lado sus Estrellas Michelín y galardones para cocinar por igual para todos los necesitados durante la etapa más crítica de la pandemia, acción a la que se sumaron cientos de chefs y restaurantes de todo el mundo como un gesto de empatía y solidaridad.  

Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Perú, países que con sus  destacados profesionales de la cocina  se encontraban dentro de la posición de los 50 mejores restaurantes de América Latina, procedieron a ofrecer servicios de cajas de comida con recetarios para que cada familia pudiera preparar una deliciosa receta y en algunos de los casos, impartían clases de cocina por diferentes plataformas para aliviar un poco el estrés emocional de millones de personas mientras  permanecían todo el tiempo en sus casas.  

Pía León, Jaime Pasake, Virgilio Martínez, Luiz Filipe Souza, Álvaro Clavijo, Rodolfo Guzmán de los restaurantes Kjolle, Mayta, Central, Evvai, El Chato y Boragó; y muchos entre otros, se pusieron muy bien sus chaquetillas de chef, olvidándose de sus proyectos profesionales para llevar por medio de su comida y recetas, el sustento vital de la alegría, el entretenimiento y la generosidad como ingredientes principales durante la referida crisis sanitaria.  

República Dominicana no fue la excepción  

A raíz de todo lo que vivió el mundo en la reciente pandemia, la talentosa Inés Páez, mejor conocida como La Chef Tita, creó el movimiento Fogones Solidarios, que tuvo como propósito apoyar en el abastecimiento de alimentos a poblaciones en vulnerabilidad. Para eso, aprovecharon los excedentes de los productos agrícolas que hubo en diferentes regiones porque el flujo comercial de productos agrícolas disminuyó alrededor del 90 por ciento en el país.  

La Chef Tita asegura que el proyecto de Fogones Gastronomía Solidaria nació de la Fundación IMA, iniciativa que utiliza la cocina como un arma de cambio que muestra su compromiso social a través de la cocina, sensibilizando a la ciudadanía, apoyando a los productores locales; contribuyendo así con la seguridad alimentaria.   

“Este proyecto tuvo un impacto en más de cinco mil personas quienes recibían comida en el momento más crítico de su vida”, asegura la Chef Tita, quien logró con su hazaña, reunir alrededor de 100 profesionales de la cocina de manera voluntaria y con esta acción, posicionar el primer proyecto de gastronomía social reconocido a nivel internacional por SGM, cuyas siglas en inglés significan Social Gastronomy Movement, que se autodefine como el cambio social que genera la gastronomía.  

Opiniones a favor y en contra 

Durante la recopilación de información y las entrevistas a profesionales del sector gastronómico, encontramos opiniones encontradas, unos a favor y otros en contra.  

Con relación al tema, el chef español Faus Arroyo, radicado en Punta Cana, expresa lo siguiente. “La cocina solidaria más que una tendencia es una necesidad. Durante la pandemia se vieron y promocionaron muchas actividades e iniciativas solidarias relacionadas con la gastronomía para ayudar a las personas más necesitadas. La cocina solidaria es una realidad y necesidad diaria ya que, millones de personas, no pueden alimentarse de una forma nutricionalmente correcta”.   

 Agrega que, gracias a la gastronomía solidaria y sostenible también logramos un mundo mejor, incentivando el uso de materiales biodegradables que sean respetuosos con el medio ambiente, “de esta forma, somos capaces de crear una mayor conciencia en las personas”.   

Le preguntamos ¿Qué cosas positivas y negativas tiene este movimiento? y respondió que en la parte positiva destacaría “que la solidaridad es promueve la unión familiar, la amistad, el crecimiento personal y solidario de las personas. “Entre las desventajas de la gastronomía solidaria están el abuso de la buena voluntad y en los ámbitos laborales y profesionales. También, se encuentra mucho oportunismo, personas que sólo buscan ser más reconocidas gracias a este tipo de solidaridad”.  

La agricultura, vital para la sostenibilidad del planeta  

Tomando en cuenta los millones de hectáreas de cultivos que a anualmente se producen en el mundo, muchos apuestan a la sostenibilidad, partiendo de la teoría de que el trigo, la soja, el maíz, la papa, la cebada, la caña de azúcar y el arroz, son materias primas para la producción masiva de otros alimentos, aunque muchos de esos cultivos son utilizados para fabricar biocombustibles, logrando el rechazo de algunos científicos, empresas, políticos y del sector vegetariano o vegano.  

Dévaki Pratt, chef dominicana especializada en comida saludable y vegetariana, tiene sus dudas al respecto, porque entiende que la raza humana no está aprovechando al máximo su capacidad de producción debido al efecto rebote, ya que las grandes plantaciones, destruyen ecosistemas completos.  

 Desde su perspectiva, la solidaridad fluye cada vez que la raza humana enfrenta situaciones difíciles que ponen en riesgo su existencia. “Diría que es cuando ayudamos de corazón a suplir alimentos a personas que realmente están necesitadas de adquirir una nutrición adecuada para mantener su salud y bienestar. En la actualidad, he sido testigo de la buena voluntad de muchas personas, que, a raíz de la pandemia, cedieron sus espacios, sus cocinas y su tiempo, para alimentar a muchos”.  

Aunque no todos le dan el mérito a la cocina solidaria como algo extraordinario, Elaine Hernández, especializada en crítica culinaria y marketing gastronómico sostiene que esta tendencia es una práctica muy antigua y que se dio a conocer aún más, porque los chefs de renombre vieron esta brecha para solidarizarse con su cocina y tener hasta cierto punto una exposición mediática.  

“La pandemia simplemente fue un detonante para que estos cocineros expandieran su trabajo a una labor social más allá de cocinar comida gourmet para gente de alta clase”, puntualizó Elaine. 

Aunque no todos los cocineros buscan estar en los tabloides, sino cocinar y llevar sus enseñanzas fuera de su restaurante, como es el caso del chef italiano Massimo Bottura, quien varias veces ha ocupado la posición número uno como el mejor restaurante del mundo con La Ostería Francescana, en su visita a República Dominicana a finales de 2019, manifestó que todos los países deberían sacarle provecho a las frutas, vegetales y carnes que producen.  

“Así disminuirán las cifras de hambruna en el mundo. Es necesario enseñarles a las comunidades rurales y del campo, cómo utilizar en recetas prácticas y nutritivas, alimentos que en muchos casos van a terminar en la basura”.  

 

Cuando la ayuda no es suficiente  

Se estima que para el 2030, se erradique la hambruna en el mundo que durante siglos ha matado a millones de personas. Pero ¿Podemos alcanzar esta meta? Si nos enfocamos en una perspectiva de optimismo y solidaridad, podremos lograrlo, asegura Massimo BotturaAunque, muchos apuntan a que las desigualdades de clases sociales, los gobiernos del mundo, farmacéuticas y corporaciones internacionales, no les interesa que se extermine esta problemática.  

Existen más de cien instituciones que a nivel mundial se encargan de recolectar alimentos como centro de acopio y desde su creación en 1967, los bancos de alimentos a nivel global no son suficientes ya que las constantes catástrofes de la madre naturaleza hacen que las reservas acumuladas, sean utilizadas diariamente. También, los conflictos bélicos y guerras demandan cada vez más alimentos y agua para ser distribuidos en muchas ocasiones bajo hazañas heroicas.  

En la actualidad ¿Qué tan solidarios somos?  

Todos cumplimos un propósito dentro del universo y hasta en la cadena alimenticia, por eso, tenemos que practicar la sensibilidad hacia los animales de manera individual y colectiva.  Si de manera retrospectiva nos damos un paseo por la antigüedad, encontraremos que muchas personalidades  adoptaron el estilo de vida vegetariano, por ejemplo: Albert Einstein, Benjamín Franklin, Miguel de Cervantes, Bernard Shaw, Thomas Edison, Mahatma Gandhi y Nikola Tesla, entre muchos otros, siendo Pitágoras, en el siglo VI antes de Cristo, quien estableció los primeros fundamentos de una nueva forma de alimentación, que siglos después se convirtió en lo que hoy conocemos como veganismo, manifiesta la chef dominicana, Dévaki Pratt, quien es una defensora innata de la preservación de los recursos naturales.  

Asimismo, según registros actuales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre el 14 y 17 por ciento de todos los alimentos que se consumen a diario en el mundo, van a parar a la basura, una práctica encabezada por la sociedad que, no escatima en arrojar al zafacón, alimentos que podrían ser utilizados por sectores necesitados.  

Las cadenas hoteleras y algunos restaurantes hacen donaciones de comida preparada, siempre y cuando se mantenga la cadena de temperatura idónea para evitar la contaminación cruzada o intoxicación por una inadecuada manipulación de alimentos.  

Lo cierto es que, al parecer, nos causa sorpresa cuando vemos a una persona detenerse en la calle a dar de comer a un indigente, como si la caridad se nos hubiera escapado en algún momento de nuestra historia.  

Sin embargo, cuando contemplo el gesto lleno de amor y solidaridad de gente humilde compartiendo de manera solidaria por medio de la cocina, lo poco que tiene entre sus vecinos y hasta desconocidos, renueva en nuestra humanidad, la esperanza de hacer con pequeñas acciones, un mundo mejor.  

Artículo y fotos de collage por Juan De Dios Valentin